Sobre Los Negro Spirituals y el Gospel

Los Negro Spirituals son canciones religiosas que eran cantadas a capella por los esclavos en las plantaciones. Reflejaban el ritmo cansino del trabajo en ese ámbito, donde eran obligados a cantar para evitar que organizaran fugas y sublevaciones. Las letras -basadas en temas del Antiguo y Nuevo Testamentos- mezclaban su nueva fe, pesares y humor, al tiempo que escondían mensajes cifrados de intrigas, escapes y motines. Eran concebidos y compuestos colectivamente, y trasmitidos y reformulados a través de la dinámica de la tradición oral. Devela su origen rural, y conlleva el ritmo cansino del trabajo en las plantaciones. Esto cambia en 1865 con el fin de la Guerra Civil Americana y la abolición de la esclavitud en todo el territorio de los EEUU. Así, los hasta hace poco esclavos tienen acceso a una educación formal que incluye la posibilidad de una formación musical. A partir de ese momento, universidades recién formadas como Fisk, Tuskegee y Hampton inician departamentos de música dedicados originalmente a la música clásica, que contribuyeron al rescate y difusión de esta forma musical tradicional que, hasta ese momento, no estaba escrita en partituras y era generada, reelaborada y trasmitida grupal y espontáneamente. Así rescatado bajo el nombre de Jubilee Song, el Negro Spiritual, nacido en la esclavitud, se convierte en símbolo y referente cultural a partir de la Emancipación. Estas canciones, basadas en textos bíblicos y cantadas a capella sobre la base del call and response, es decir el llamado del solista y la respuesta del coro, son la piedra angular de todas las formas musicales populares, sacras y profanas, dentro y fuera de la comunidad afro-americana. Es probablemente la primera forma musical abierta y participativa, que promueve un contrapunto musical entre los solistas, el coro y la audiencia. En el plano de la música vocal religiosa, el Negro Spiritual es también el basamento de lo que llamamos hoy Gospel. Religiosa también -Gospel significa Evangelio en inglés- esta música refleja la experiencia de los negros en las ciudades del norte y es un producto de las primeras de décadas del siglo XX, del período de conformación de las ciudades modernas. La velocidad y el clamor urbano se refleja en su ritmo sincopado. Thomas Dorsey, exitoso compositor e intérprete de blues, llamado el padre de la música Gospel, la impone definitivamente alrededor de 1930 en la Iglesia Bautista, la que la había empezado a aceptar de mala gana a partir de los años 20. Con una fuerte raíz en el Blues, y un fluido intercambio con el Jazz, que evolucionan en paralelo, tiene algo del ritmo frenético de las ciudades americanas modernas. Es música escrita por músicos formados, pero mantiene, como el Blues y el Jazz, la estructura dinámica y abierta de sus antecedentes tradicionales. De estas formas vernáculas se nutren en la primera mitad del siglo XX una vasta producción de compositores de clásicos de origen europeo, como George Gershwin, Kurt Weill y Antonin Dvorak, dando lugar a una polinización cruzada entre las formas populares afro-norteamericanas y la tradición clásica europea. En paralelo, Duke Ellington, William Grant Still y Scott Joplin, se aproximan a la ópera desde su propio acervo musical. Buena parte de este intercambio tiene lugar en Harlem, que en ese momento se había convertido en una meca cultural y sobre todo musical. En base a este repertorio se configuran los conciertos operísticos de nuestra organización.